Al
recordar aquel trágico día de septiembre de 1955, se debe mencionar otro
trágico día para la Patria, cuando un 16 de junio de ese año, la Marina
bombardeo la Plaza de Mayo, siendo ese sofocado el intento golpista que
respondía a las minorías oligárquicas por el Ejercito, fiel al General Perón.
Aquella
autoproclamada Revolución Libertadora servil a la fuerza brutal de la
antipatria y a las salvajes y poderosas minorías oligárquicas, se mantuvo hasta
1958, cuando fue electo Presidente Arturo Illia, con el peronismo proscripto por
un decreto del gobierno defacto.
No
solo aquellas minorías poderosas y la servil Marina fueron los artífices de la
Revolución fusiladora, los medios de prensa, fueron también socios, como lo
fueron mucho más tarde con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, un claro
ejemplo es Clarín del 23 de septiembre de 1955 que sin vergüenza tituló “En
medio del exultante júbilo ciudadano”, “Asume hoy el nuevo Presidente” en
cambio el 24 de marzo, antes mencionado, tituló “Nuevo Gobierno”.
En
el plano macro económico Raúl Prebisch, consejero económico del Gobierno
defacto dijo “Una de las medidas imprescindibles que hay que tomar para que el
plan sea exitoso, es el ingreso de la Argentina como país miembro del Fondo
Monetario Internacional”, que se concretó en abril de 1956, queda claro con
esas palabras que las dictaduras que sufrió nuestra Patria fueron cívico
militares cuyos rancios destinos fueron manipulados por las potencias
coloniales Inglaterra y Estados Unidos y que se sometieron con obscenidad y
mansedumbre; podemos decir que lamentablemente que existe un paralelo de sangre
y muerte entre aquella Revolución Fusiladora y el proceso de reorganización
nacional dado que arrasaron a generaciones y sumieron al Pueblo, desde el
desmembramiento de los trabajadores organizados a la pobreza y desde la
desindustrialización gracias a la irrupción del ocioso capital especulativo.
Como
una simple reflexión queda preguntarnos ¿Somos conscientes cuando candidatos
opositores insisten hoy con las recetas del volver a pedir préstamos al Fondo Monetario
Internacional a que nos podríamos someter nuevamente en un corto plazo?
Queda
simplemente, agudizando el uso de la memoria, porque llamamos “fusiladora” a
aquel golpe de Estado que derrocó al compañero General Perón. Ese mote se debe
al alzamiento del compañero General Juan José Vallé un 9 de junio de 1956 que
fracasó y el criminal Pedro Eugenio Aramburu lo fusiló, entre el 9 al 12 de
junio, junto a otros 26 compañeros entre civiles y militares.
Movimiento
Evita La Matanza.