En
Navidad hemos decidido compartir el mensaje de la compañera Evita de 1951 para
reflexionar que aquellas maravillosas palabras como “…El día del amor y de la paz
llegará cuando la justicia barra de la faz de la tierra a la raza de los
explotadores y de los privilegiados…” como hoy sigue siendo relevantes y cuanto
hemos sufrido por los mismos explotadores en 1951, 1955, 1976, 2001, 2008 y hoy
en 2013.
Esos explotadores
son aquellos que despreciaron la Navidad de 1951 y esta, donde millones
volvieron a tener lo que siempre deberían haber tenido, en 1951 gracias a Evita
y su Justicia Social y en 2013 gracias a Cristina y la Asignación Universal por
Hijo.
Movimiento
Evita La Matanza.
Mensaje de Evita en la Navidad
de 1951.
“…Esta noche hacemos una tregua de amor en el camino de nuestras luchas y de
nuestros afanes; y sólo pensamos en las cosas buenas y bellas que nos ha
regalado la vida en el año que se acaba hundiéndose ya como un cometa en el
horizonte de la eternidad, dejándonos una estela de recuerdos en el alma.
En todos los hogares del mundo, hombres y mujeres, ancianos y niños de todos
los pueblos, en este mismo instante maravilloso están rindiendo homenaje al
amor y están encendiendo en sus corazones las lámparas votivas de sus mejores
recuerdos. ¿Por qué no hacer lo mismo nosotros en este inmenso hogar que es
nuestra tierra? ¿Acaso no somos una gran familia? Por eso estas palabras mías
se atreven a romper el bullicio o el silencio de la noche, se animan a llegar
con su mensaje al corazón de todos los hogares que quieren recibirlas con
cariño y se derraman así sobre la mesa invisible de la Patria Nueva, como un
canto de amor y de esperanza. Esta noche también sentimos que empieza ya a
morir el año que termina. Por eso nos gusta rememorar las alegrías y las penas
que nos trajo sobre el hombro de sus días y de sus semanas, y hasta los dolores
ya sobrepasados nos parecen esta noche menos amargos.
No queremos vanagloriarnos con orgullo de lo que somos ni de lo que tenemos,
pero en esta noche, propicia para los aspectos del corazón, sentimos la
necesidad de decirle a los hombres y mujeres del mundo el sencillo secreto de
nuestra felicidad, que consiste en poner la buena voluntad de todos para que
reinen la justicia y el amor. Primero la justicia, que es algo así como el
pedestal para el amor. No puede haber amor donde hay explotadores y explotados.
No puede haber amor donde hay oligarquías dominantes llenas de privilegios y
pueblos desposeídos y miserables. Porque nunca los explotadores pudieron ser ni
sentirse hermanos de sus explotados y ninguna oligarquía pudo darse con ningún
pueblo el abrazo sincero de la fraternidad.
El día del amor y de la paz llegará cuando la justicia barra de la faz de la
tierra a la raza de los explotadores y de los privilegiados, y se cumplan
inexorablemente las realidades del antiguo mensaje de Belén renovado en los
ideales del Justicialismo Peronista:
que haya una sola clase de hombres, los que trabajan;
que sean todos para uno y uno
para todos;
que no exista ningún otro
privilegio que el de los niños;
que nadie se sienta más de lo que
es ni menos de los que puede ser;
que los gobiernos de las naciones
hagan lo que los pueblos quieran;
que cada día los hombres sean
menos pobres y
que todos seamos artífices del
destino común.
Y por fin, yo me permito reunir simbólicamente la copa con que brinda cada uno
de ustedes con mi propia copa, que contiene la misma sidra humilde, con la
misma sencillez de nuestro corazón. Levanto al cielo con ella los deseos, los
sueños y las esperanzas de todos, para que en esta noche prodigiosa el amor
infinito los toque con la vara de sus milagros y los convierta en realidad”.
Evita.